
El nombre de Tauripunko proviene de los términos quechua tauri que significa puerta y punko se denomina a una flor silvestre que crece en la zona durante la época de lluvias.
Los arqueólogos Jhony Apcho y Carlos Farfán son los impulsadores del Proyecto Arqueológico Tauripunko. Ellos están interesados en difundir esta antigua ciudadela pre - inca porque su inmensa extensión, así como el uso de los espacios en las construcciones y las numerosas viviendas permiten a las ruinas convertirlas en un potencial turístico de la zona que no sólo incluye la arqueología.

Finalizado el desayuno, caminos un poco por la remodelada Plaza de Armas del pueblo y, luego de conversar con los amables comuneros, salimos de San José y recorrimos en auto cinco kilómetros de la accidentada carretera al distrito de Huamantanga.

Un punto importante para mencionar sobre los andenes es que permitió a los antiguos pobladores conocer los pisos ecológicos. Por el ejemplo el maíz sólo era sembrado en un determinado sector para lograr una excelente cosecha.
Veinte minutos después de salir de San José, llegamos a un camino de herradura y, luego de una hora de ascenso por los cerros, arribamos a una meseta donde se pueden apreciar las primeras construcciones de Tauripunko.

El último tramo duró media hora. Al llegar a nuestro destino, apreciamos la inmensa extensión de Tauripunko. Desde lo más alto de las ruinas observamos las centenares de construcciones de esta ciudadela. Además, se dice que durante la época de esplandor, Tauripunko albergó a 10 mil habitantes, la mayoría ganaderos y tejedores.

A pesar que en las ruinas no se han encontrado templos, los cercos y anillos hallados en las viviendas permite llegar a la conclusión que los pobladores de Tauripunko enterraban a sus muertos dentro de los hogares.

Durante el siglo XV, los incas dominaron Tauripunko, pero su decadencia comienza con la llegada de los españoles, en 1540, quienes inician el proceso de ‘reducciones’ porque pensaban que los antiguos pobladores eran salvajes y tenían que ser trasladados a lugares sagrados como los nuevos pueblos formados con costumbres españolas.

ALGO MÁS QUE UNAS RUINAS
El Proyecto Tauripunko no sólo fomenta el Turismo a través de las visitas a las ruinas. También pretende rescatar otras costumbres como la danza y música en la Comunidad de San José.

Los violinistas Antonio Espinoza, Romel Villegas y el arpista Marcelino Villegas son los encargados de inculcar el folklore en los más pequeños del pueblo.
La comunidad campesina de San José también se caracteriza por poseer una buena gastronomía. Destacan la pachamanca, el cuy al palo, tamales y la mazamorra de maíz.
Finalmente, esta zona también se caracteriza por ser ganadera. Usted puede encontrar buena carne, además de leche fresca y un delicioso queso.
Redacción: Luz Luna.
Fotografías: Katherine Dávila (1 - 6); Fernando Páucar (7 y 8).
1 comentario:
Hola Muchachos,
me da mucho gusto que aquella experiencia en Tauripunku les haya agradado.
Es un sitio muy bonito y como dicen ustedes no es sólo arqueología. san José tiene otros atractivos culturales y gatronómicos muy importantes. Ojalá podamos regresar un dia de estos.
Yo me encuentro trabajando en Huancavelica por ahora pero siempre recordando aquellos dias en Tauripunku.
saludos a todos.
Ate.
Jhonny Apcho
PD. Punku:puerta; tauri: posiblemente Tarwi.
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