En el nombre del Padre

El Padre Ronald Gogín Carreño cumple 48 años de vida y desde hace 22 años realiza una admirable labor sacerdotal en Lima Norte, especialmente en nuestro distrito.

Hoy, 18 de marzo, el Padre Ronald Gogín cumple 48 años de vida, casi la mitad dedicado a la labor sacerdotal; un buen motivo para conversar con él y conocer más sobre el representante de Cristo en nuestra comunidad.

¿Qué recuerdos tiene de su niñez en Chincha?
Chincha es el paraíso. Crecí en un barrio de gente negra –Cruz Verde, distrito de Tambo de Mora- y tenemos la suerte de haber nacido en una caleta donde no se conocía el hambre porque el mar es generoso y gozamos de la agricultura. Antes, en Tambo de Mora, la gente comía pescado de carne blanca. Ahora cuando uno compra bonito lo luce por las calles.

¿Cómo nace su vocación?
Dios te llama como persona, pero eso surge en un contexto familiar y comunitario. Tengo que agradecer a mi familia porque tiene una fuerte tradición religiosa; mi papá fue muy devoto del Señor de los Milagros; mi madre, legionaria; mi abuela era de esas señoras que rezaba todo el día delante del altar. Son esos gestos, más que las palabras, que lo motivan a uno.

¿Cuál fue la actitud de su familia cuando les comunicó que quería ser padre?
Estoy convencido que toda madre conoce a sus hijos. Cuando le dije explícitamente que quería ir al seminario, ella respondió con mucha naturalidad que sabía cómo iba a terminar.

¿Dónde estudió para ser sacerdote?
En el Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII de Pueblo Libre. Eran seis años académicos y uno de práctica pastoral en la parroquia Nuestra Señora de La Paz, donde hice una tesis sobre catequesis familiar.

¿Cuándo nace la relación con nuestro distrito?
He pasado gran parte de mi sacerdocio en Comas. En 1978, vine a la Casa de Formación Oblata, situada en el segundo piso del policlínico "Nuestra Señora de la Paz". Tengo amigos en Comas desde ese año; crecí con gente de Villa Clorinda , La Merced. Hubo algunos intervalos, pero mayormente estuve en Comas y Lima Norte: San Conrado (Los Olivos) y Jesús Resucitado (Independencia).

¿Qué ha aprendido de las zonas remotas que conoció en su labor sacerdotal?
Conozco parte de la sierra de Huancavelica. Una vez celebramos misa y el anda del santo venerado era hecha de palos rústicos, sujetados con sogas de cuero. Tengo mucha sensibilidad por lo cultural –tiene una Maestría en Antropología-. Aprecio las manifestaciones religiosas, las danzas. La pluriculturalidad que hay en el Perú es maravillosa. Trabajé año y medio en San Miguel de Pallaques (Cajamarca), donde hay famosos tejidos de hilo. También estuve en Aucayacu. Siempre me ha gustado la diversidad cultural.

Finalmente, una reflexión sobre los años de sacerdote.
A medida que pasan los años, uno va reafirmándose en su vocación. Creo que podemos compararlo como el buen vino que se hace con el tiempo. Estoy contento de haber aprendido tantas cosas de la gente y, con mucha humildad, haber ayudado a muchas personas.

Entrevista: Andrea Alonso.

Fotografías: Departamento de Información Grafica (DIG)

LA EDITORA SE EXPRESA

Andrea Alonso

La personalidad del padre Ronald deja muy en claro la vocación que motiva su vida: el sevicio a los demás, llevando la palabra de Dios.

El origen social, económico o racial no son impedi-mentos para lograr un propósito en la vida, puede más el amor a lo nuestro, a nuestras costumbres y la identificación con los más necesitados.

Realizar un trabajo dentro de la comunidad es un aporte beneficoso para ambas partes porque uno con su esfuerzo, apoya el desarrollo de una pobación y, a cambio, recibe una serie de lecciones de vida de cada uno de sus integrantes.

Nuestra comunidad nece-sita de hombres como el Padre Ronald, es decir, hombres que llevando a cabo su labor diaria, reafirmen su vocación, no solo en el aspecto religioso sino en cualquier índole de la vida, en el cual deban desenvolverse.